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jueves, 15 de agosto de 2002

VIAJE A ITALIA. Del 15 al 23 de agosto de 2002

Fecha: DEL 15 AL 23 DE AGOSTO DE 2002
Participantes: Felo e Inma y Ángel y Susi

Mayorista: Panavisión

Programa: Lo mejor de Italia. 9días/8noches visitando: Roma, Florencia y Venecia. Incluía vista a Pompeya.en hoteles de 4*.

Aerolíneas: Iberia

                                               


HOTELES
Roma: Erguife Palace
Florencia: First
Venecia: Continental

DIARIO DE VIAJE 



Día 1.   ROMA
 
Hoy es el día del viaje. El avión a Roma nos sale a las 9 de la mañana con lo que tenemos que coger el Alicante-Madrd a las 06:40. A las 5,10 de la mañana ya estábamos en el aeropuerto y acto seguido llegaron Ángel y Susi, puntuales...como no podía ser de otra forma. Tras un asqueroso café en el aeropuero embarcamos y salimos hacia Madrid. Decidimos desayunar en el aeropuerto de Madrid; craso error, una clavada de escándalo pero, ¡qué se le va a hacer!...estamos de vacaciones. Salimos sin retraso a la hora programada llegando a Roma a las 11:30. Al ser 15 de agosto, Ferragosto para los Italianos, era un día festivo, toda Italia queda paralizada y ya empezamos a darnos cuenta en el aeropuerto de Fuimicino: servicios al 50%, ¡todo un aeropuerto internacional!. Llegamos al hotel a eso de las 13:00 y tuvimos una pequeña charla con la guía: esa misma tarde a las 4, tendríamos una visita panorámica (en vez de al día siguiente por la mañana que es lo que teníamos programado) por la ciudad de Roma y luego regresaríamos al hotel a cenar y los que quisieran tendrían la oportunidad de hacer una de las múltiples y caras visitas opcionales a la ciudad de Roma. En un principio y como se supone que íbamos a llegar pronto a Roma, nuestro plan era  pasar el día solos en la ciudad y quedarnos hasta la noche, pero al cambiarnos el programa nos apuntamos a lo que nos dijo la guía. Tras la visita panorámica volvimos al hotel donde cenamos como no, pasta y a continuación hicimos la visita opcional de Roma de noche.
 
Plano de Roma
Pasear por la noche en Roma es increíble: Fontana de Trevi, los palacios, Piazza Nabona, etc., es un paseo por la historia. La iluminación es tenue con lo que todo el centro histórico te rodea de un halo de misticismo que te hace pensar y reflexionar sobre quiénes han paseado por sus calles; desde Julio Cesar hasta el último Papa. En la Plaza Nabona nos tomamos el famoso Tartuffo en el Café Colombia: a mi particularmente no me gustó mucho pero bueno, había que probarlo. Tras dar un breve paseo por la plaza, volvimos de nuevo al hotel a descansar ya que al día siguiente visitaríamos el Vaticano con lo que tendríamos que levantarnos a las 6,15 de la mañana.
 
Día 2.  ROMA
 
    El despertador suena a las 6,15. y a las 6,45 tendríamos el desayuno para a eso de las 7,15 salir en dirección al Vaticano. Fuimos tan pronto porque los Museos Vaticanos abren a los grupos organizados una hora antes, a eso de las 8,30 para de esa manera evitarnos las colas, así es que era importantísimo llegar de los primeros grupos  para entrar de los primeros. 

Ciudad del Vaticano
    Ya dentro y con la guía local, recorrimos distintas dependencias sin pararnos mucho (ya se sabe en estos viajes, se ve todo rápido) viendo arte romano, griego, renacentista, mosaicos etc., hasta llegar a la Capilla Sistina. Antes de entrar ya te indican que no se puede hablar y para recordártelo había un señor que llamaba la atención de vez en cuando para mandar callar a la gente. La Capilla es preciosa pero te engaña si piensas que es muy grande porque no es así. Fue emocionante estar donde Miguel Ángel pintó esos frescos hace 500 años y donde se reúnen los Cardenales cuando hay que elegir Papa. Evidentemente no está permitido hacer fotos y aunque dejasen no creo que saliesen bien ya que hay muy poca luz. Tras salir de la Capilla Sistina, nos dirigimos a la Basílica de San Pedro: monumental. Esa es la palabra; allí todo es grande, las esculturas, mosaicos, el suelo de mármol y como no, La Pietá de Miguel Ángel. AVISO: en San Pedro y en casi todas las Iglesias romanas e italianas las mujeres deben ir con los hombros tapados y los hombres con pantalón largo.

Ese día había programada una excursión opcional (saca-pelas) para ver la Roma cristiana pero nosotros (Ángel,Susi, Inma y yo) decidimos hacerla por nuestra cuenta ya que disponíamos de la información, planos, guías y ganas suficientes para hacerla por nuestra cuenta y la verdad, valió la pena.
    Una vez salimos de la Basílica de San Pedro y descansar un rato en la Plaza de San Pedro fuimos al Castillo de Santo Angelo (que está al lado). Nuestra próxima visita sería la plaza de España a la que llegamos sin ningún tipo de problema con un plano como guía y además paseando por el margen del río. Una vez llegamos a la Plaza nos defraudó un poco ya que pensábamos que era más grande y nos la imaginábamos con flores que no habían claro está, nos sentamos en sus escaleras y nos hicimos las fotos de rigor. Era la hora de comer, sobre las 13:30, así que fuimos en busca de una Trattoria donde comimos los Antipasto (embutido, carpaccio) y pizzas. A continuación volvimos a la Fontana de Trevi que vimos la noche anterior,  a hacer unas cuantas fotos y a tomar un helado; Ángel e Inma no perdían ocasión cuando veían una Gelateria. Cogimos la calle que sale de la Fontana en línea recta y llegamos a la parte trasera del Foro de Trajano o lo que queda de él aunque el Mercado está muy bien para los dos mil años que tiene. Tras recorrer el Foro fuimos a San Pietro in Vincoli, iglesia conocida por albergar el Moisés de Miguel Ángel y por tener las Vincoli: es decir, las cadenas que supuestamente llevo San Pedro. Seguimos cuesta arriba -ya eran las 5 de la tarde y llevábamos todo el día pateando la ciudad-  nos encontramos con Santa María la Mayor que es la primera Iglesia del mundo consagrada a la Virgen. Seguimos en dirección descendente y en línea recta hacia la Catedral de Roma: San Juan de Letrán, la primera Iglesia de la Cristiandad pero estaba cerrada así es que nos tuvimos que conformar con verla desde fuera y aprovechamos para descansar un rato en el césped. Desde aquí y entre el metro y el autobús llegamos de nuevo al hotel donde cenamos y nos tomamos una copa en la cafetería del hotel al lado de la piscina.
Día 3. ROMA IMPERIAL

Plano de la Roma Imperial
Este día también decidimos ir por nuestra cuenta ya que es mucho mejor no estar pendiente de un grupo extenso y de los horarios, no estar poco tiempo para ver las cosas, y además ir donde le apetece a uno. Esto nos permite conocer a fondo la ciudad, pasear por sus calles, comprar en sus tiendas, perderte por sus callejuelas, encontrar una pequeña plaza con una hermosa fuente que resulta ser del S.XV, sentarte en un parque a descansar como hace cualquier romano, en resumidas cuentas ser un romano más. Hoy lo tendríamos dedicado en exclusiva para visitar la zona arqueológica romana que el guía nos dijo que era la más importante del mundo, aunque yo creo que la más importante es la formada por los complejos de Luxor y Karnak en Egipto (que también hemos visitado) pero ésta desde luego, no estaba muy distante de los monumentos egipcios.
    A las 8,30 de la mañana cogimos el autobús, luego el metro, y llegamos al Coliseo  mejor dicho, el Anfiteatro Flavio y como había poca gente entramos enseguida(5€ e incluía la entrada al Palatino) y nos apuntamos a una visita guiada con guía en español (4€). La verdad es que una vez dentro se te dispara la imaginación transladándote a hace 2000 años. Te imaginas a los gladiadores luchando en la arena delante de 50.000 personas enfervorizadas pidiendo sangre, te imaginas las gradas llenas de gente...casi puedes ver sentado al Cesar con su corte, a los senadores, distinguidos con su túnica blanca. Pero tienes que tener mucha imaginación porque a no ser que hayas leído algo o vayas con guía no te enteras de nada ya que no hay ningún cartel explicativo de lo que ves y menos, fotos o dibujos tridimensionales como he podido ver en alguna zona arqueológica en España, ni indicaciones de por donde ir ni nada de nada, pero no sólo en el Coliseo sino en toda Roma: en los foros, palatino, Termas, etc.
    Del Coliseo pasamos al Foro, espléndido por lo que representa y por pisar por donde hace tiempo anduvo Julio Cesar, Augusto e incluso el mismísimo San Pedro porque la verdad es que, no lo tienen muy bien conservado: maleza, suciedad, monumentos deteriorados y como he dicho antes, ninguna explicación con carteles o señales. De aquí subimos a la residencia de los Emperadores: el Palatino, que a no ser que te lleves alguna guía explicativa no te enteras tampoco de nada. Desde aquí hay un mirador desde donde se observa el Circo Máximo o lo que queda de él porque si no te dicen que es un Circo te crees que es un bancal. Ya se nos hacía tarde así que decidimos coger el metro e ir a la zona donde comimos el día anterior, entre la plaza de España y la Fontana de Trevi y encontramos una Trattoria donde degustamos antipasto de verdura, un plato con rúcula y queso parmesano y luego pasta (tortelini y lasagnas) y tras comer de nuevo al metro en dirección a las Termas de Caracalla. Dentro es todo grandioso pero lo mismo que antes, ni una sola indicación de lo que ves así es que te vas un poco desilusionado. Aún estábamos con fuerzas y decidimos atravesar todo el Circo Máximo e ir a la Iglesia de Santa María in Cosmedin para ver la Bocca de la Verità; la foto de rigor y subimos hasta el Monumento a Victorio Emmanuel, pasando por el Teatro de Marcelo y por el Campidolio. Ángel y Susi decidieron subir hasta lo más alto mientras que nosotros nos quedamos haciendo unas fotos y descansando. Antes de irnos al hotel (tendríamos que coger un par de autobuses) volvimos de nuevo al Panteón ya que lo vimos el primer día de noche y no pudimos entrar. La verdad es que es colosal observar cómo ha aguantado esa cúpula 2000 años sin caerse. A continuación al hotel, cena, una copa de limoncelo y a dormir que mañana hay que madrugar.
DÍA 4. POMPEYA-NÁPOLES

Plano Pompeya
A las 4:45 toca diana para salir en dirección a Pompeya a las 5:30. Nos dan un bollo? y un zumo? para el camino ya que nos esperan 3 horas de autobús hasta Pompeya donde desayunaríamos en un restaurante concertado por la agencia. Todos durmieron, hasta yo, pero me costó el estar todo el día con un fuerte dolor de cabeza. 

Llegados al destino y tras haber desayunado (¡nos dieron fiambre!) entramos a las ruinas: las mejor conservadas de la Roma Imperial. Simplemente parece un pueblo abandonado hace 50 años, para los años que tiene está perfecto: sus calles con las casas y comercios a ambos lados, las termas que sólo les falta el agua para funcionar de nuevo, las villas con sus frescos, el teatro, el lupadar (prostíbulo), el horno, toda la infraestructura que necesita una ciudad de unos 20.000 habitantes en muy buen estado, que no bien conservado por los italianos, porque aquí al igual que en Roma las indicaciones, flechas, limpieza y conservación son mínimas. 


Ese día estaba programada la excursión opcional a la Isla de Capri y como nosotros ya sabíamos de antemano que no valía la pena no nos apuntamos y decidimos pasar el día por nuestra cuenta en Nápoles. No nos equivocamos ya que la gente que fue tras pagar 180€ por pareja vino desilusionada y enfadada. En Nápoles paseamos por el paseo marítimo, plaza del Plebiscito y hasta fuimos al Castillo del Huevo para comer en un restaurante sus famosas pizzas aunque todos coincidimos que en cualquier otro sitio se comen mejores pizzas pero, qué se le va a hacer. Tras pasar, perdón, perder todo el día en Nápoles y recoger a los que venían de Capri fuimos a Montecassini donde los que tenían la excursión a Capri cenaron y los que no, nos tomamos un bocata en el césped (la guía no se preocupó lo más mínimo por los que no fuimos a Capri con lo que nos tuvimos que buscar la cena por nuestra cuenta).
Tras la cena, dirección a Roma y al hotel a descansar. Mañana a Florencia.

DÍA 5. ORVIETO-ASIS-SIENA-FLORENCIA
 
    Nos despiertan a las 6:45 para salir a las 7:30. Tras meter las maletas en el autobús de "Cuirico" que era el conductor nos fuimos rumbo a Orvieto donde subiríamos al pueblo con un teleférico. A partir de aquí a las Iglesias se las denominan Duomos y tienen todas un denominador común: parecen obra de marquetería combinando los mármoles blancos, rosas y verdes. Llegamos sobre las 9 de la mañana y como siempre éramos los primeros en llegar (luego vendrían ordas de turistas), teníamos todo el pueblo para nosotros. Pueblecito medieval lleno de tiendas donde compramos aceite de trufa blanca para condimentar cualquier comida o ensalada. Tras un capuccino de 2,5€ y 50 céntimos por ir al aseo (esto último impensable en España), seguimos curso por la Umbría hasta Asís la cual sucumbió a un terremoto no hace muchos años. Vimos las dos basílicas que hay, la cripta de San Francisco y los bellos frescos que decoran las paredes. La guía Josebe nos recomendó un restaurante para degustar sus canelones que no estaban mal, los antipasto umbro (embutido) y un vino blanco muy bueno  y tras el café y con la comida aún en la boca, montamos de nuevo en el autocar en dirección a Siena.
    En Siena acababa de terminar sus fiestas, conocidas como El Palio. Visitamos su Duomo y Batiserio y paseamos por sus calles medievales y por su gran plaza en forma de pendiente (donde hacen las carreras de caballos)  no sin antes comprar algún que otro souvenir aunque yo preferí comprar el vinagre de Módena, excaso y caro en España (Ángel siempre se arrepentirá). Para los amantes del vino, Siena es un lugar estupendo para comprar ya que hay innumerables bodegas. De nuevo y con el tiempo justo todos al autobús en dirección a Calenzano, pueblecito cerca de Florencia donde nos alojaríamos dos noches. Debido a que el hotel de Roma era pésimo todos estábamos ansiosos de ver cómo sería el de Florencia, también de 4*. Por fuera parecía un albergue de estudiantes y por dentro no estaba mal, eso sí, de 4* nada de nada. Además tenía el restaurante y cafetería cerrado por vacaciones y eso que acabábamos de llegar. ¿Cómo puede cerrar la cafetería de un hotel en plena temporada turística?...aún nos lo estamos preguntando.
Tras el reparto de habitaciones y una cena aceptable a base de pasta, nos fuimos a descansar. Mañana toca Florencia, la cuna del Renacimiento.
 
DÍA 6. FLORENCIA

Plano Florencia
A unos 25 minutos estaba el Hotel de Florencia así es que de nuevo nos tocó madrugar para estar a eso de las 9,30 en la ciudad. Tras una visita panorámica por la ciudad con la guía local Mª José por el Duomo, Plaza de la Signoria, Ponte Vecchico y casco histórico (lo es todo), nos apuntamos a una visita opcional a la Galería de la Academia y a la Capilla de los Medicis que valió la pena porque MªJosé era una enamorada del arte y sobre todo de Miguel Ángel y supo transmitirnos esa pasión por todo lo que nos enseñaba: el David, la pietà, las esculturas de M.Á. en las Capillas Medinaceas, etc.

 El Duomo
Vista del Duomo y Campanile
El Ponte Vechio sobre el Arno
Tras la visita con la guía, dispusimos de casi todo el día para nosotros (que ganas, después de ir siempre contra-reloj). Nada más salir de las Capillas decidimos comer en el Tsa-Tsa, frente al Mercado y a continuación dimos un paseo por los Mercados de la Paja y San Lorenzo: mercados estos de falsificaciones y de recuerdos para el viajero. Un café  y a continuación pasear y observar que es lo mejor que se puede hacer en esta ciudad; sus calles y casas, sus fuentes, estatuas, todo es un museo al aire libre gracias a la labor de una gran familia: los Medicis.

Plano turístico Florencia
A las 19:30 habíamos quedado con todos en la estatua de Neptuno en la Plaza de la Signoria y otra vez a contrareloj decidimos visitar el Palacio de los Pitti que habíamos dejado para el final. A la hora señalada fuimos a la Plaza de la Signoria donde quedamos con todo el grupo para volver al hotel, ducharnos y volver de noche a Florencia en autobús; y eso hicimos, a las 21:30 ya estábamos de nuevo en Florencia dando un agradable paseo bajo la luna llena por sus calles empedradas. De nuevo ante nosotros el Duomo con su Campanile, la Plaza de la Signoria, la Logia, con esa luz tenue tan característica que te evoca aún más si cabe imágenes del pasado. Un helado y luego una cerveza en un Pub Florentino para a eso de las 12;30 volver al hotel. Muchas cosas nos dejamos por ver en Florencia, como Los Uffici e innumerables museos y lugares de interés que por la premura del tiempo no nos dio tiempo a visitar, quizás en otra ocasión...

DÍA 7. PISSA-BOLONIA-PADUA-TREVISO

Pisa
     Bien temprano desayunamos lo de siempre, café con leche y algún croissant? o pan con mantequilla y mermelada y salimos dirección a Pisa. Llegamos de nuevo los primeros a un gran parking desde donde cogemos unos autobuses-lanzadera que nos lleva a la entrada de Pisa. Aún están abriendo los tenderetes y tiendas de souvenir, el frescor de la mañana se agradece y todavía no molesta el sol y tras recorrer la muralla que rodea el conjunto patrimonial más importante de la localidad vemos ante nosotros la famosa Torre con su imponente Iglesia y Baptisterio de mármol blanco. El ver las tres cosas de repente te produce un impacto visual estremecedor: de nuevo ves algo que ya has visto infinidad de veces en libros y películas pero ahora estás tu mismo delante de la famosa Torre de Pisa. Nos hacemos las fotos de rigor e incluso Ángel y Susi intentaron subir a la Torre, pero no pudieron porque sólo dejan subir a unas 25 personas cada media hora para evitar daños a la estructura que hace pocos años fue restaurada por completo. Tanto a la Iglesia como al Baptisterio hay que pagar aunque la primera la vimos desde fuera al estar abierta. Nos tomamos un café y quisieron cobrarnos en el baño pero esta vez no tragamos y nadie pagó. Compramos una pequeña Torre a la salida cuando ya empezaban a venir el resto de excursiones y aquello empezaba a llenarse de gente, y montamos de nuevo en el autobús en dirección a Bolonia que el día anterior había sido portada de los periódicos al haber detenido la policía a varios presuntos terroristas musulmanes con la intención de poner una bomba en el Duomo, bajo los frescos en los que aparece Allá en el infierno. 
 
Bolonia. El Duomo

    En Bolonia visitamos el Duomo, algún Campanile y poco más. Esta ciudad está llena de soportales, calculan que hay varios kilómetros de ellos. Poco tiempo tuvimos para comer así es que nos decidimos por uno de los muchos Snack-Bar que hay en toda Italia y nos tomamos unos Panini (bocadillos) que los hay de lo más variado, aunque de lo que lo queríamos que era de mortadela Boloñesa no tenían en ese momento. Para otra ocasión quedarán los Espaguetis Boloñesa que aquí fueron donde se inventaron, al igual que los raviolis. 
    Nuestra última parada sería Padua. Compramos unas velas para ponerle a San Antonio y vimos sus reliquias: sotanas, capas, huesos incluso la lengua. La Basílica de San Antonio es una maravilla por dentro. Frescos espectaculares, pinturas, escuturas, mármoles y la carga espiritual de ser la ciudad de uno de los santos más queridos, San Antonio, hacen de este lugar uno de los "must", de los obligados, a la hora de visitar Italia.

Pratto della Valle. Padova
Basílica de San Antonio

Finalizada la visita tomarnos un refresco en una agradable terraza y partimos de inmediato en dirección a Trevisso, acogedora ciudad en el noreste de Italia y a 30 kilómetros de Venezia. 
Trevisso
    Como el hotel no disponía de restaurante, cenamos de camino pasta y carne (cena típica italiana y con una calidad mínima) y tuvimos un pequeño incidente con los camareros. Llegamos al Hotel Continental: antiguo que no viejo nos dijeron, y la verdad es que no estaba del todo mal (pero de 4* nada de nada otra vez). Todos estábamos impacientes por ver el WC porque nos habían dicho que por esta zona son todos como los de la Mili es decir, a ras de suelo y con ducha Veneciana o Romana: un sumidero en medio del cuarto de baño y la "alcachofa" en medio del baño. Nosotros tuvimos suerte ya que el baño era de lo más normal pero a otros les tocó peor suerte. Por esta zona todos los WC son así, los bares, restaurantes, etc. lo tienen a ras de suelo. Hasta el McDonald´s.

    Trevisso invitaba a visitarla y eso hicimos. Con un fresquito de agradecer (está a los pies de los Alpes), nos cambiamos y nos fuimos a recorrer su centro histórico que no tenía nada que envidiar a los que habíamos visto. Es una ciudad muy elegante, señorial hasta la calle está llena de gente guapa y agradable. También tiene canales de agua, no como en Venezia pero sí alguno que cruzan toda la ciudad y que le da un toque de romanticismo. Antes de regresar al hotel, entramos en una enoteca y tomamos un vino con un grupo del viaje, cerca del Ayuntamiento para a eso de las 12 de la noche regresar al hotel que esta vez sí, estaba en plena ciudad.

DÍA 8. Jueves 22. VENEZIA

Venezia
    Hoy vamos a Venezia que la tenemos a unos 25 kms del hotel. Llegamos al puerto de Venezia donde nos espera un barco que nos llevará a la Plaza de San Marcos. Todos esperábamos un gran puerto ya que Venezia es salida y parada obligada de los grandes cruceros oceánicos pero no fue así; más parecía un puerto de una ciudad tercermundista, estropeado y sucio. De camino a la Venezia que todos conocemos, íbamos viendo a ambas orillas los edificios  renacentistas tan características así como infinidad de iglesias bizantinas. Una vez llegamos a la plaza de San Marcos y acompañados de la guía local Mercedes, visitamos la Basílica y los alrededores; plaza de San Marcos, Palacio Ducale, etc. El interior de la Basílica es impresionante, sus coloridos frescos, mosaicos y demás ornamentación  revelan la gran ciudad-estado que llegó a ser debido a sus mercaderes. Para finalizar el recorrido visitamos una fábrica de cristal de Murano donde vimos "in situ" la forma artesanal de hacer objetos en vidrio y recorrimos la tienda que tienen montada que a decir verdad, no nos gustó ya que el cristal de Murano es muy "sui generis", te tiene que gustar lo que hacen; vasos muy decorados, lámparas, platos de adorno multicolores y lo que estaba bien era muy caro, excesivamente caro. 



   
Tras dejar a la guía y al grupo nos dispusimos para "patearnos" Venezía. Ángel y Susi decidieron subir al Campanile y nosotros aprovechamos para hacer unas compras "obligatorias" que teníamos que hacer; ya se sabe, regalitos y esas cosas. Encontramos a una tienda de una chica argentina y allí fuimos donde al final compramos unas máscaras que hoy en día tenemos colgadas en el pasillo de nuestra casa. Ángel, tras su subida al Campanile también compró en el mismo sitio. Una recomendación: mirar todas las tiendas que podáis ya que el mismo producto os lo venderán a un precio u otro. Pasear por Venezia podríamos pensar que es relajante, sus canales, edificios, su estética en definitiva, pero si a todo eso le añadimos miles de turistas de un lado para otro, el calor y las ganas de ir al aseo y no encontrar ninguno, se te puede hacer agobiante. A la hora de comer y tras perdernos entre sus callejuelas y buscar unos Mesones típicos que nos dijo la guía y que al final no encontramos, comimos en una Trattoria cerca de una pequeña placita: espaguetis con almejas que con el hambre que llevábamos estuvimos a punto de comernos hasta las conchas. A destacar las cervecitas que nos ayudaron a saciar nuestra sed a razón de 6€ cada una. Hasta las 19:30 de la tarde tuvimos tiempo de pasear por Venezia y hacer alguna que otra compra más y visitar el puente Rialto y el mercadillo circundante. Lástima que teníamos que irnos porque pasar la noche en Venezia, lleno de restaurantes con velas encendidas sin coches y con menos turistas hubiese sido colosal pero, qué se le va a hacer, así es que para los que tengan pensado hacer un viaje de estas características les recomiendo que se lean detenidamente el programa y que si les dice que pasarán dos días en Venezia, así lo exigan, no como nosotros que sólo estuvimos unas horas y el hotel a 35 km.

    De vuelta al hotel, paramos a cenar en el restaurante concertado y ya en el Hotel nos dispusimos a dar una pequeña "vuelta" por Treviso ya que al día siguiente tendríamos de nuevo que madrugar.

DÍA 9. Viernes 23. VERONA-MILÁN-Barcelona-Alicante

Nos despedimos Treviso y nos vamos en dirección Verona. De fuera vemos su Coliseo, donde actualmente representan las mejores óperas del mundo y a continuación a la casa de Julieta ya sabéis, la de Romeo: sucia, mal cuidada, las paredes llenas de grafitis, qué os voy a contar.

Verona
Tras las fotos de rigor y un café, dimos un agradable paseo por la ciudad, visitando su mercado y centro histórico. Casa de Romeo y Julieta o su imponente Coliseo
Coliseo. Verona
A continuación a Milán, última parada del nuestro viaje por Italia. Primero fuimos al hotel Tourist donde dejaron las maletas quienes se quedaban esa noche a dormir en Milán y luego nos dirigimos todos a la Plaza de la Catedral. 
 
Plaza del Duomo Milán
Milán no nos gustó nada; es oscura, antigua y poco tiene para ver si no es por la Catedral y la Galería de Victorio Emmanuel. Comimos en el Duomo Center, en un restaurante de comida rápida especializado en pizzas y a continuación visitamos su catedral gótica con sus imponentes vidrieras. A las 15,00 salimos en dirección al aeropuerto internacional de Malpensa en Milán, a unos 30 Km de la ciudad y tras hacer escala en Barcelona llegamos a Alicante a las 23:30 de la noche.

Fin del viaje.