DÍAS: Del 8 al 12 de octubre
HOTEL: Hotel Best Western Kom 3* -incluido full breakfast-
TRANSPORTE: Ryanair: Salida: 8/10/10 a las 19:40 h. Llegada al aeropuerto de SKAVSTA a las 23:30h
Regreso: 12/10/10 a las 15:05. Llegada al aeropuerto del EL ALTETlas 18:50h
Regreso: 12/10/10 a las 15:05. Llegada al aeropuerto del EL ALTETlas 18:50h
Un año más, hemos programado un nuevo viaje en otoño que nos sirva de estímulo y relax; de impulso al nuevo curso 2010-2011. Entre los destinos barajados, hicimos una encuesta en la WEB, resultado elegida Estocolmo, y quedando relegada Bélgica a la segunda opción.
En este viaje a la ciudad escandinava, nos acompañaran nuevamente aquéllos que el año anterior no pudieron venir al viaje de Dublín. Todos esperamos que este año se resarzan de su ausencia en el país de la Guinness.
El alojamiento y los billetes de avión los reservamos con una antelación relativa -a finales de mayo-, con el fin de conseguir precios económicos, pero si realmente pretendemos encontrar precios aún más baratos, deberermos reservar en futuros viajes con una antelación mayor, entre marzo y abril. Asimismo, y con el propósito de ahorraronos los 10€ por persona de comisión que cobra Ryanair por el uso de la tarjeta de crédito, tenemos la opción de sacarnos la tarjeta Mastercard Prepaid del Sevilla F.C., ya que es la única tarjeta que no cobra ninguna comisión.
De momento ya sabemos que llegaremos sobre las 23.30 h. al aeropuerto de Skavsta, que está a unos 100 km de la capital. Pese al horario, los autobuses que hacen el recorrido Skavsta-Estocolmo (www.flygbussarna.se) están sincronizados con las llegadas de Ryanair que hacen el trayecto hasta la capital nórdica -tienen como distintivo un arco iris, y están a la derecha de la salida de la Terminal de Llegadas- en poco más de una hora y media, por el módico precio de unos 50€ ida y vuelta. Al llegar a nuestro destino en la T-Centralen, la Estación Central de Autobuses, Metro y Tren de Estocolmo, en unos 20 minutos caminando llegaremos finalmente a nuestro Hotel, a no ser que optemos por el Metro. Para elegir el alojamiento, nos hemos basado en los parámetros de siempre: más o menos económico, céntrico, que esté bien y limpio, y que incluya el desayuno. Ciertamente, uno de mayor nivel, más caro o con mayores servicios de poco nos serviría, pues el uso que le damos al alojamiento es básicamente para dormir y desayunar.
Ahora nos queda lo mejor: los preparativos, la planificación del viaje, la búsqueda de buenos restaurantes, las consultas a guías turísticas, a los foros a los diarios de viajes, como los del portal Los Viajeros, uno de los mejores. Y para más adelante nos quedará empezar a familiarizarnos con una nueva moneda, la Corona Sueca.
Paginas de Información turística de Estocolmo: VOYAESTOCOLMO, Estocolmo Estocolmo1,
Para ver en directo distintos puntos de Estocolmo, y para que nos vean llegado el caso: WEBCAMS
En este viaje a la ciudad escandinava, nos acompañaran nuevamente aquéllos que el año anterior no pudieron venir al viaje de Dublín. Todos esperamos que este año se resarzan de su ausencia en el país de la Guinness.
El alojamiento y los billetes de avión los reservamos con una antelación relativa -a finales de mayo-, con el fin de conseguir precios económicos, pero si realmente pretendemos encontrar precios aún más baratos, deberermos reservar en futuros viajes con una antelación mayor, entre marzo y abril. Asimismo, y con el propósito de ahorraronos los 10€ por persona de comisión que cobra Ryanair por el uso de la tarjeta de crédito, tenemos la opción de sacarnos la tarjeta Mastercard Prepaid del Sevilla F.C., ya que es la única tarjeta que no cobra ninguna comisión.
De momento ya sabemos que llegaremos sobre las 23.30 h. al aeropuerto de Skavsta, que está a unos 100 km de la capital. Pese al horario, los autobuses que hacen el recorrido Skavsta-Estocolmo (www.flygbussarna.se) están sincronizados con las llegadas de Ryanair que hacen el trayecto hasta la capital nórdica -tienen como distintivo un arco iris, y están a la derecha de la salida de la Terminal de Llegadas- en poco más de una hora y media, por el módico precio de unos 50€ ida y vuelta. Al llegar a nuestro destino en la T-Centralen, la Estación Central de Autobuses, Metro y Tren de Estocolmo, en unos 20 minutos caminando llegaremos finalmente a nuestro Hotel, a no ser que optemos por el Metro. Para elegir el alojamiento, nos hemos basado en los parámetros de siempre: más o menos económico, céntrico, que esté bien y limpio, y que incluya el desayuno. Ciertamente, uno de mayor nivel, más caro o con mayores servicios de poco nos serviría, pues el uso que le damos al alojamiento es básicamente para dormir y desayunar.
Ahora nos queda lo mejor: los preparativos, la planificación del viaje, la búsqueda de buenos restaurantes, las consultas a guías turísticas, a los foros a los diarios de viajes, como los del portal Los Viajeros, uno de los mejores. Y para más adelante nos quedará empezar a familiarizarnos con una nueva moneda, la Corona Sueca.
Paginas de Información turística de Estocolmo: VOYAESTOCOLMO, Estocolmo Estocolmo1,
Para ver en directo distintos puntos de Estocolmo, y para que nos vean llegado el caso: WEBCAMS
El metro circula los fines de semana hasta las 3 de la mañana, de forma que no tendremos problema en cuanto lleguemos, sobre la 1 de la madrugada, para sacarnos un billete sencillo e ir sin dilación a nuestro hotel. La T-Centralen (en el mapa, abajo por la izquierda) es una Estación Intermodal, de manera que desde allí mismo podremos coger la línea verde (nº 19, dirección Hässelby strand) del metro -TUNNELBANA-, que tiene dos líneas más, la roja y la azul, y que nos llevará a la estación RADMANSGATAN T-BANA (parada nº 5), a dos manzanas del hotel Best Western Kom.
Con una T se señala las estaciones de Metro (la más cercana al hotel es la de Radmansgatan), y con la llamada roja con la A en su interior, nuestro hotel.
En los siguientes enlaces, encontraremos la información necesaria sobre los transportes en Estocolmo
Plano METRO ESTOCOLMO
Cómo moverse por Estocolmo
Plano METRO ESTOCOLMO
Cómo moverse por Estocolmo
LA TARJETA ESTOCOLMO
Los precios de la Tarjeta Estocolmo para adultos son de 330/460/580 SEK (aproximadamente de 30 a 60 euros) para 24/48/72 horas respectivamente. Ah!, las podremos comprar en las Oficinas de Turismo de Estocolmo, y en la T-Centralen.
Entradas gratuitas y descuentos de la Stockholm a la Carte
La Tarjeta Estocolmo (Stockholm card), quizás sea la forma más cómoda para movernos por la ciudad. Además de ilimitados viajes en metro, autobús, trenes de cercanía y visitas guiadas en barco, la tarjeta nos permitirá el acceso gratuito a 75 museos y enclaves turísticos.
La tarjeta también incluye descuentos en excursiones, una guía con mapas de la ciudad e información en varios idiomas. Los precios de la Tarjeta Estocolmo para adultos son de 330/460/580 SEK (aproximadamente de 30 a 60 euros) para 24/48/72 horas respectivamente. Ah!, las podremos comprar en las Oficinas de Turismo de Estocolmo, y en la T-Centralen.
Entradas gratuitas y descuentos de la Stockholm a la Carte
LUGARES QUE NO PODEMOS PERDERNOS. LOS IMPRESCINDIBLES
Museo Vasa Galeón del S. XVII hundido nada más botarse, rescatado y expuesto en un Museo. Esta en la isla Djurgärden. Gratuito con la Stockohlm a la Carte.
Skansen Parque temático de la forma de vida escandinava.
Catedral de Estocolmo
Ayuntamiento de Estocolmo
Torre del Ayuntamiento
Palacio Real
Museo Nacional de Bellas Artes
Paseo en barco Paseo en barco 1
EXCURSIONES DE UN DÍA cercanas a Estocolmo
Uppsala ,Uppsala 1 y Uppsala 2 Alberga la Universidad más antigua de Suecia (1477). Está a unos 70 km de la capital.
Sigtuna ,Sigtuna 1 y Sigtuna 2 Pequeña ciudad situada a 50 km de Estocolmo
Birka, Antigua ciudad vikinga patrimonio de la Humanidad. Hay que ir en Barco, que se pueden coger de los muelles que ofertan excursiones en barco.
Para las dos primeras excursiones, podremos coger una autbús desde la T-Centralen (Estación Central de autobuses, metro y trenes). Esta excursión se puede hacer en barco de manera gratuita, presentando la Tarjeta Estocolmo a la Carta
Día 1. VIERNES 8 DE OCTUBRE
Nos vamooooosssssssss.
En el avión, a punto de despegar hacia el aeropuerto sueco de Skavasta.
A las 18 horas habíamos quedado todo el grupo en el aeropuerto para facturar el equipaje, pasar el control de seguridad y tomarnos unas cervezas antes de embarcar. Un Pub de corte irlandés, se convirtió por unos instantes en nuestro punto de reunión y agradable tertulia, antes de tomar rumbo a la península escandinava.
La salida la teníamos programada para las 19:40 horas, si bien, finalmente despegamos a las 20 horas en punto, llegando sobre el horario previsto, las 23:30, a un aeropuerto, el de Skavsta, a 120 Km. de la capital (80 minutos), que más parecía del tercer mundo que de la propia Suecia. Nada más bajar del avión comenzamos a sentir en nuestros cuerpos el intenso frío que no nos abandonaría ningún día, pese al sol reinante de casi todas las jornadas. Era una fría noche, de mucha niebla, en un aeropuerto muy pequeño, que parecía antiguo y desvencijado. Como es habitual en Ryanair, bajamos en medio de la pista, y nos trasladamos caminando a la terminal de llegadas para recoger nuestras maletas. Seguidamente, un autobús de la compañía Flygbussarna (235 kr/23€ i/v) que cogimos a la salida de la terminal, nos dejó en la City Terminalen (Estación de autobuses) sobre la 1:30 horas. Tras un ligero despiste por problemas de orientación, fuimos hasta la T-Centralen para coger un metro (indicados por una T, de Tunnelbana) que nos llevaría a una estación cerca de nuestro Hotel, el Best Western Kom. Sobre las 02:15 horas, por fin llegamos a nuestro destino.
La salida la teníamos programada para las 19:40 horas, si bien, finalmente despegamos a las 20 horas en punto, llegando sobre el horario previsto, las 23:30, a un aeropuerto, el de Skavsta, a 120 Km. de la capital (80 minutos), que más parecía del tercer mundo que de la propia Suecia. Nada más bajar del avión comenzamos a sentir en nuestros cuerpos el intenso frío que no nos abandonaría ningún día, pese al sol reinante de casi todas las jornadas. Era una fría noche, de mucha niebla, en un aeropuerto muy pequeño, que parecía antiguo y desvencijado. Como es habitual en Ryanair, bajamos en medio de la pista, y nos trasladamos caminando a la terminal de llegadas para recoger nuestras maletas. Seguidamente, un autobús de la compañía Flygbussarna (235 kr/23€ i/v) que cogimos a la salida de la terminal, nos dejó en la City Terminalen (Estación de autobuses) sobre la 1:30 horas. Tras un ligero despiste por problemas de orientación, fuimos hasta la T-Centralen para coger un metro (indicados por una T, de Tunnelbana) que nos llevaría a una estación cerca de nuestro Hotel, el Best Western Kom. Sobre las 02:15 horas, por fin llegamos a nuestro destino.
Hicimos el check-in, nos dieron las habitaciones en un edificio anexo, y nos despedimos hasta el día siguiente.
Día 2. SÁBADO 9 DE OCTUBRE
Quedamos a las 9 horas. Habíamos llegado muy tarde, y teníamos que descansar un poco más si queríamos estar descansados el resto de días.
El desayuno en el hotel era abundante y variado: revueltos de tortillas con gambas, las famosas Kötbullar (albóndigas suecas), salchichas, embutido, arenques marinados, tostadas, zumos y cafés. Tras la ingesta y paso por las habitaciones para cuestiones de última hora, bien abrigados y cargados con ligeras mochilas, comenzamos nuestro primer día en Estocolmo.
El desayuno en el hotel era abundante y variado: revueltos de tortillas con gambas, las famosas Kötbullar (albóndigas suecas), salchichas, embutido, arenques marinados, tostadas, zumos y cafés. Tras la ingesta y paso por las habitaciones para cuestiones de última hora, bien abrigados y cargados con ligeras mochilas, comenzamos nuestro primer día en Estocolmo.
Ayuntamiento. Lugar de celebración de la cena en honor a los Premios Nobel | Salón azul del Ayuntamiento. Aquí tiene lugar el baile en honor a los premios Nobel |
Día soleado, de unos 10 grados y mucha humedad al estar la ciudad rodeada de agua. Antes de acudir a la Oficina de Turismo, frente a la Central Station, pasamos por la plaza Hotorget, convertida por las mañanas en un animoso mercadillo de frutas, setas y flores, y algún que otro puesto de ropa, aunque esta plaza, si por algo es conocida a parte de por el mercadillo, es por albergar el Konserthuset, el edificio donde se entregan los premios Nobel. A continuación, caminamos hasta la Oficina de Turismo, donde nos dieron información puntual sobre visitas turísticas y excursiones, y donde nos recomendaron comprar la Stockholm Card para dos días (60€) que nos incluía entradas gratuitas a museos, descuentos y viajes ilimitados en medios de transporte.
Con la tarjeta en nuestras manos, nuestro primer destino fue el Ayuntamiento, lugar de celebración de la cena y el baile de honor en la entrega de los premios Nobel. Al estar ese día cerrado, no tendríamos más remedio que volver al día siguiente a las 10 de la mañana para hacer la visita. De todas formas, hicimos las fotos de rigor y acudimos al Casco Antiguo, a Gamla Stan, la isla que separa el mar Báltico del lago Mälaren. Con la tarjeta visitamos el Palacio Real (recomendado), que nos llevaría cerca de una hora, y luego el barrio antiguo. Deambulamos por sus adoquinadas y medievales calles repletas de tiendas de souvenirs y restaurantes, haciéndonos fotos y grabando videos, hasta que se nos hizo hora de comer. Después de sopesar en cuál entrábamos, dimos con uno que no nos defraudó, el Glenfiddichwarehouse, -Ardbeg Embassy- en pleno corazón del Casto Antiguo -Gamla Stan-, y donde comprobamos una vez más el mito de que en el resto de Europa es imposible comer a partir de las 13 horas. Comimos salmón y arenques marinados (con mostaza, eneldo y clavo, y nata), de entradas, y de platos: las albóndigas suecas, salmón y carne, todo regado con pintas de cerveza local. Precio total, contando con que nos tomamos dos pintas cada uno, 40.-€ pareja. Un precio más que razonable para lo que comimos, pero sobre todo, por donde nos lo comimos.
Restaurante de Gamla Stan. Esperando el Salmón, los arenques y las albóngigas | Típico y tradicional plato de Salmón sueco |
Anduvimos nuevamente por Gamla Stan, deleitándonos con un café y algo dulce en una de las múltiples cafeterías allí ubicadas, y nos dirigimos en agradable paseo hasta el puerto de Nibrokajen a intentar hacer una visita en barco por las 14 islas que componen Estocolmo. No había sitio, por lo que cogimos turno para el día siguiente a las 16:30 horas. Con nuestro gozo en un pozo, continuamos nuestro peregrinar por la zona más exclusiva de la ciudad, Strändvagen, hasta llegar a la isla de Djugarden, morada del Museo Vasa, el parque Skansen y Junibacken entre otros, que ya este primer día, vimos por fuera. La isla alberga un bosque espectacular, de abetos, hayas, alces o robles, que en esta época del año mantenían unos colores otoñales evocadores, preciosos. El sol nos iluminaba, que no calentaba, mientras caminábamos por frondosos senderos y observábamos típicas construcciones escandinavas. El cansancio comenzaba a incidir en nuestros cuerpos. Nos habíamos acostado tarde, levantado relativamente pronto y habríamos recorrido ya bastantes kilómetros, que es lo que siempre suele ocurrir el primer día de viaje, el día de la toma de contacto de la ciudad.
|
| |||||
Junibacken. La casa de Pipi |
Día 3. DOMINGO 10 DE OCTUBRE
Quedamos a las 8 de la mañana, como siempre. Desayuno, paso por las habitaciones y rumbo al Stadshuset, al Ayuntamiento. A las 10 pudimos hacer la visita guiada en inglés al Ayuntamiento que a más de uno desilusionó, en cuanto a decoración interior. Por fuera, su característica silueta de miles de ladrillos cara-vista de color rojizo con su imponente torre, perfilan un horizonte capitalino de edificios no muy altos, donde sólo destacan los torreones de los palacios y las agujas y campanarios de las iglesias.
Sin dilación, primero un metro y luego un tranvía (el 7 creo recordar), nos dejaría nuevamente en la isla de Djurgarden para realizar la visita al Vasa, al galeón del año 1626 que se hundió nada más botarlo y que fuera rescatado en 1961 casi intacto. Desde luego, una visita perfectamente recomendable.
Antes de comer pasamos por la plaza Stortorget que habíamos visitado la noche anterior, sede del museo Nobel y de luctuosos acontecimientos nacionales en el pasado. Teníamos hambre, no nos decidíamos, hasta que finalmente bajamos a la calle principal de Gamla Stan, la Vasterlanggatan, en la que dimos con un buen restaurante donde degustar más de lo mismo: arenques, salmón, marisco y albóndigas suecas regadas con cerveza local. El elegido fue el Sundbergs konditori y está considerado como el tea room o el restaurante pastelería más antiguo de Gamla Stan. No obstante, y como suele ser ya habitual en nuestros viajes, antes de la comida degustamos unos frutos secos españoles con la fría cervecita escandinava. Finalizado el almuerzo, sorbimos un café de camino y tomamos nuevamente rumbo al embarcadero en Nibrokajen. A las 16:30 en punto, pues en Estocolmo los medios de transporte son "exactamente" puntuales, hicimos la visita en barco a la ciudad. Durante cerca de una hora recorrimos por el mar Báltico las islas de que componen la capital de Suecia, contemplando los preciosos parques y los espectaculares edificios de madera que iban decorando parte del trayecto.
Embarcadero de Nibrokajen. De aquí parten los cruceros turísticos |
El paseo por las riberas de las 14 islas que componen la ciudad de Estocolmo, constituye una verdadera experiencia, rodeados de arte y frondosos bosques, que convierten el paseo en un momento de relax y tranquilidad.
Paseo por Gamla Stan hasta el embarcadero, con la isla de Skeppsholmen al fondo |
Al finalizar las excursión sobre las 17:30, optamos esta vez por subirnos a un autobús para visitar Soderlman; la isla que está unida al sur de Gamla Stan por Slussen, un sistema de puentes y carreteras que a nadie agrada. En esta isla se desarrollan las películas de la saga Milenium, y supuestamente, es la zona bohemia, de artistas, pero que a nosotros nos defraudó un poco al no ver nada, absolutamente nada, destacable. Incluso la arquitectura, que en toda Estocolmo es digna de mención al mantener un mismo estilo de corte antiguo y elegante, era aquí totalmente diferente. Lo más destacable fue, si acaso, la subida (gratis con la tarjeta) al Katarinahissen, una alto mirador a la entrada a Soderlman, en donde pudimos tomar espectaculares fotos de la ciudad.
Plaza de Stortorget, en Gamla Stan | Gamla Stan desde el Ayuntamiento |
Un metro nos llevaría a la plaza de Sedgels Torg, la del famoso pirulí rosa. Aquí intentamos que desde España algún familiar o amigo se conectara a una Webcam para poder vernos, pero esta vez no dio resultado. Deambulamos por la zona, visitando algún parque y la zona de Östermalm, el barrio exclusivo de la capital, haciendo tiempo hasta las 8 de la tarde que teníamos hora para entrar en el Absolut Ice Bar, en el Nordic Sea Hotel. Por unos 18 € por persona, pudimos disfrutan de un entorno a -5º rodeados de hielo, abrigados por gruesas pieles y con una agradable música que nos invitó a entregarnos al baile durante unos minutos. La entrada incluía copa, por supuesto, de hielo, y consistía en una copa de Vodka o cóctel preparado por un camarero, rubio, alto y de ojos azules, como la mayoría. A los 40 minutos abandonamos el frío PUB y acudimos a un cálido McDonalds a cenar, comprobando que los precios eran casi los mismos que en España.
|
|
| ||||
Las cervezas que habíamos dejado en los balcones estaban congeladas. Las sacamos, también algo de frutos secos, y en agradable velada en el saloncito de costumbre, nos las tomamos entre risas, historietas y batallitas.
A dormir.
Día 4. LUNES 11 DE OCTUBRE
Desayuno a la hora acostumbrada. Este sería el día de la excursión que solemos hacer donde vamos, con el firme propósito de conocer algo más de la ciudad que visitamos, intentando siempre comprobar la parte que hay más allá de la turística y ver cómo realmente viven y son los suecos. Teníamos varios destinos, pero al final, aconsejados por la Oficina de Turismo elegimos el pueblo vikingo de Sigtuna, a unos 60 Km. de distancia.
Sobre las 09:40 subimos en un tren de cercanías en la Estación Central de Trenes, la Central Station, indicados con la J, que nos dejaría en la ciudad de Märsta, y de allí en el autobús 575 a Sigtuna. Este pequeño pueblo de pocos habitantes, está situado en la ribera del lago Malaren. Cuenta con una arquitectura característica, de colores ocres, grandes ventanas con flores en sus alfeizares y pequeños jardines con manzanos. El paseo por el tranquilo pueblo y por la zona lindante con el lago es bucólico, relajante. No hay ruido, apenas el producido por las ramas de los frondosos árboles o por la multitud de ánades que allí descansan. ¿Y el paisaje...? digno de un documental de naturaleza, de frondosos y altos bosques de hoja caduca. Allí el stress es 0 y la comida buena y barata. Por un menú consistente en ensaladas (la cantidad que querías), carne o pescado, cerveza y agua, más café (self-service) con pastas, 9 € por persona. Una vez más, nos dimos cuenta de lo caro que es vivir en España, y que Suecia ya no es tan cara como hace años.
Desayuno a la hora acostumbrada. Este sería el día de la excursión que solemos hacer donde vamos, con el firme propósito de conocer algo más de la ciudad que visitamos, intentando siempre comprobar la parte que hay más allá de la turística y ver cómo realmente viven y son los suecos. Teníamos varios destinos, pero al final, aconsejados por la Oficina de Turismo elegimos el pueblo vikingo de Sigtuna, a unos 60 Km. de distancia.
Calle principal de Sigtuna |
Paseando por sus tranquilas calles |
Sobre las 09:40 subimos en un tren de cercanías en la Estación Central de Trenes, la Central Station, indicados con la J, que nos dejaría en la ciudad de Märsta, y de allí en el autobús 575 a Sigtuna. Este pequeño pueblo de pocos habitantes, está situado en la ribera del lago Malaren. Cuenta con una arquitectura característica, de colores ocres, grandes ventanas con flores en sus alfeizares y pequeños jardines con manzanos. El paseo por el tranquilo pueblo y por la zona lindante con el lago es bucólico, relajante. No hay ruido, apenas el producido por las ramas de los frondosos árboles o por la multitud de ánades que allí descansan. ¿Y el paisaje...? digno de un documental de naturaleza, de frondosos y altos bosques de hoja caduca. Allí el stress es 0 y la comida buena y barata. Por un menú consistente en ensaladas (la cantidad que querías), carne o pescado, cerveza y agua, más café (self-service) con pastas, 9 € por persona. Una vez más, nos dimos cuenta de lo caro que es vivir en España, y que Suecia ya no es tan cara como hace años.
Nada más comer regresamos a Estocolmo, llegando a la Estación Central sobre las 4 de la tarde. Continuamos en metro hasta Gamla Stan para dedicar la tarde a las compras y regalos, que poco a poco fuimos acaparando, pues todos queríamos llevarnos un recuerdo de nuestro paso por la capital nórdica, destacando entre todos los recuerdos, un caballitod de madera pintado, convertido en símbolo nacional. Todavía tuvimos tiempo de visitar, en el barrio “pijo” de Österlman, un H&M y un NK, una gran superficie similar a nuestro Corte Inglés. De vuelta, compramos en un supermercado sueco víveres y bebida para la cena de esa noche que, como estaba siendo habitual en este viaje, prepararíamos en nuestro saloncito. La cena y bebida, dieron paso a una, como siempre, agradable y entretenida tertulia entre amigos, hasta cerca de las 11 de la noche. Esta seríala última, y de momento, todos manteníamos un alto grado de satisfacción.
Un de los muelles del pueblo | En un embarcadero, junto al lago Mälaren |
Día 5. MARTES 12 DE OCTUBRE
Último día. Quedamos a desayunar a la misma hora, pero con la intención de salir antes de las 9 horas del hotel. El avión nos sale de Skavsta a las 15 horas, y queremos coger el autobús en la City Terminalen a las 11.30 para estar en el aeropuerto sobre las 13 horas, pero para cumplir con este horario deberemos salir del hotel un poco antes de las 11 de la mañana, ya que la estación de autobuses se encuentra a unos 15-20 minutos caminando.
Nos dirigimos al mercadillo de Östermalms Saluhall, a unos 20 minutos en dirección Este, no sin antes desviarnos hacia la plaza Stureplan, la zona de tiendas exclusivas y de diversión de la alta sociedad. Al llegar antes de la hora de apertura, las 09:30 horas, dimos una vuelta por el barrio y entramos en la iglesia Sankt Johannes Kyrka para hacer tiempo y comprobar el estilo de los templos luteranos, que en mucho se diferencian de los católicos, si bien, mantienen en común los mismos signos. Este pequeño mercado está especializado en gastronomía típica del país, desde pescados como el salmón o el arenque elaborados de mil formas, a las carnes tradicionales del país con la de Reno o Alce. Como característica destacable, resulta curioso ver en muchos de los puestos del mercado pequeñas barras, e incluso mesas, para comer o degustar cualquiera de las delicatessen que allí se ofertan. Compramos reno, salmón y alguna especialidad más, y regresamos a por las maletas.
A las 11:10 ya estábamos en el embarque nº 4 de la City Terminalen, saliendo puntualmente a las 11:30 en dirección al aeropuerto de Skavsta. Una vez allí, facturamos y pasamos el control de seguridad, previo peso del equipaje de mano (sólo de las maletas), con relativa rapidez. Al entrar en la zona de embarque, nos acercamos al único bar del aeropuerto, donde varias pintas de cerveza con almendritas nos sirvieron de despedida de esta simpática ciudad, que siempre recordaremos, entre otras cosas, por el frío, que al menos yo, pasamos.
Para ver más fotos del viaje, entra en nuestra cuenta de FLICKR
Para ver más fotos del viaje, entra en nuestra cuenta de FLICKR
Nueva dirección FLICKR (a la espera eliminación anterior cuenta flickr)
Ahora, como siempre sucede, nos queda el recuerdo, bonitas fotos y emotivos videos, y cómo no, dentro de poco comenzaremos a preparar el próximo viaje, que promete deparar alguna sorpresa, porque algunos miembros del grupo de viajeros ya están apuntando la posibilidad de visitar al año que viene algún país……. más cálido.
Ahora, como siempre sucede, nos queda el recuerdo, bonitas fotos y emotivos videos, y cómo no, dentro de poco comenzaremos a preparar el próximo viaje, que promete deparar alguna sorpresa, porque algunos miembros del grupo de viajeros ya están apuntando la posibilidad de visitar al año que viene algún país……. más cálido.